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Ayudando a soñar un futuro emergente

por Connie Bach, PHJC, miembro de CLDP 10


En el frío invierno del 2021, comenzamos el programa de voluntariado del ministerio de alimentos de las hermanas religiosas Poor Handmaids of Jesus Christ en Plymouth, IN. Empezamos con el simple sueño de ayudar a alimentar a los que vivían en dos hoteles en ruinas en la ciudad más cercana a nuestro convento. A medida que fuimos conociendo a los residentes, pronto descubrimos que había muchas más necesidades que sólo de alimentos. Antes de que nos diéramos cuenta, estábamos respondiendo con pañales, artículos para bebé, abrigos de invierno, gorros, guantes, botas, ropa de trabajo, medicamentos de alto costo, gasolina, pases de autobús y cosas similares. La mayoría necesitaba alquiler y trabajo, ¡además de un empujoncito para volver a soñar!


La pobreza no es una situación exclusiva de Plymouth. La tasa de desempleo del Estado de Indiana en agosto del 2024 era del 4,2%. Los efectos del desempleo en las familias incluyen:   reducción del ingreso disponible, la pérdida de seguridad financiera, las relaciones tensas y a veces abusivas, mayor susceptibilidad a problemas de salud, la dependencia de los programas de bienestar del gobierno, además de la pérdida de la capacidad de soñar, mientras que se intenta sobrevivir día a día.


El profundo impacto en los niños es aún más asombroso. La pobreza alimenticia infantil perjudica a todos los niños, pero es especialmente dañina en los primeros años de la infancia, cuando la ingesta alimentaria insuficiente de nutrientes esenciales puede causar el mayor daño a la supervivencia, el crecimiento físico y el desarrollo cognitivo de los niños y niñas. Las consecuencias pueden durar toda la vida.


¿Cómo podemos nosotras, como mujeres religiosas y líderes transformadoras, aportar una energía dinámica para ayudar a los demás a soñar con un futuro emergente? Una persona a la vez, con cuidado, respeto, compromiso, compasión y, sí, soñando. Los voluntarios y voluntarias que proporcionan alimentos y otros artículos de primera necesidad ayudan. Los programas de redes de seguridad también ayudan a las personas a torear diversas crisis económicas mientras buscan estabilidad. Pero soñar... ¡ah! ¡Aquí es donde realmente comienza la transformación!


A veces tenemos que arrancarle los sueños a la gente, incluso a nosotras mismas. No podemos ver el futuro emergente que nos espera más allá de la necesidad de sobrevivir día a día. Pero ayudándonos recíprocamente a ver un futuro de lo que podría ser, nos coloca en el camino hacia la recuperación, la rehabilitación, la autocompasión y el sentido de autoestima.


Comienza llamando a la puerta, con un saludo amistoso y una sonrisa cálida, además la construcción de relaciones, ayuda a generar confianza, sabiendo que estamos aquí el uno para el otro, semana tras semana. Es vivir los valores del Evangelio y predicar con el ejemplo. Es sentarse con la gente, escucharla, animarla y ayudarla a soñar de nuevo con un futuro lleno de esperanza, hasta que puedan imaginar una vida mejor y comiencen a esforzarse por conseguirla. Entonces se necesita el apoyo y el celebrar todos los pequeños pasos que se den en el camino.

 

Mateo 25: "Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo y me visitaron; preso, y me vinieron a ver... Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".



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